RESTAURANTE NAZCA

BURDO Y SOFISITCADO

ateriales en bruto y de apariencia fría y tosca se transforman en una arquitectura interior de lujo en este proyecto de remodelación en la ciudad de Bogotá.

Diseño y arquitectura interior:  ©Jotaele arquitectura y ©Catherine Jessurum. Fotografía:©Mónica Barreneche.

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El objetivo: cavilar y conectar de forma coherente e innovadora el interior de un imponente exterior: un bloque macizo construido años atrás como un monolito en pizarra negra que alberga un reconocido restaurante de comida peruana. La forma: abstraer elementos geométricos lineales de la cultura inca y expresarlos mediante materiales burdos como acero, bronce, gres y microcemento mezclado con elementos más nobles, por ejemplo, la madera de flormorado tintillado, la luz ámbar y las pieles cafés en las tapicerías. El resultado: una remodelación arquitectónica interior que aprovechó al máximo el diseño original del arquitecto Giancarlo Mazzanti y lo llevó hacía nuevas necesidades.

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En un área aproximada de 310 m, la arquitecta Jimena Londoño, de Jotaele Arquitectura, trabajó en colaboración con la encargada de diseño de interiores de DEB Consulting la arquitecta Catherine Jessurum. Anteriormente, para entrar a Nazca, había que subir, pausar y luego bajar de nuevo. Este acceso se realizaba desde la segunda planta en donde originalmente se encontraba la barra principal. Como parte de los cambios del diseño del lugar, Londoño y Jessurum se arriesgaron a bajar la barra principal al primer piso y así, sacarle mayor provecho al espacio. En su lugar, crearon un área lounge en donde bancas de gran formato en terciopelos turquesa y palo de rosa, mesas auxiliares en bronce y mármol, y poltronas Olivia en piel café de la marca Folies son tenuemente iluminadas por una imponente instalación de lámparas en vidrio ámbar de la marca Gres que cuelgan del techo. Entre lo cálido y lo frío, sobresale el trabajo detallado en madera que enmarca la cava a doble altura naciente de la primera planta y del acceso a la escalera que lleva a esta.

Abajo, y en continuidad con la cava, en un gran salón de compartimientos abiertos se despliegan: el comedor principal, la barra, un patio interno, los baños y la cocina; esta última es cerrada pero una pequeña ventana tipo submarino deja entrever la acción adentro. “Al crear un patio interno con una pérgola de cristal, le dimos un aprovechamiento máximo al espacio y un protagonismo interesante a la barra que ahora se encuentra ahí”, comenta Londoño.

l momento de optar por un revestimiento en todas las paredes del lugar y parte de la barra que acogiera el espacio de forma cohesiva, se lograron hilar todos los elementos que encapsulan la propuesta de renovación arquitectónica con la de interiorismo: un lugar para estar un buen rato, un espacio que lo saque a uno de la cotidianidad y lo lleve a un ambiente burdo y sofisticado a la vez.