APARTAMENTO GIRALDO

CARTAGENA DE INDIAS

DE AFUERA HACIA ADENTRO

rente al mar que bordea la ciudad de Cartagena, un gran complejo de estilo brutalista esconde un refugio playero, cálido y orgánico. Por medio de una decantación de la gama de la arena, el diseño de este apartamento logra traer a un interior urbano, la textura y riqueza características de los elementos de un exterior costero.

Diseño y arquitectura interior: ©Jotaele arquitectura. Fotografía:©Mónica Barreneche. 

De afuera hacia adentro, y de adentro hacia afuera, este es un proyecto que se lee al revés. Dentro de las estructuras tradicionales del diseño arquitectónico, una casa se recorre desde las áreas sociales hacia las privadas; sin embargo, en este apartamento de un poco más de 80 metros cuadrados en el barrio de Boca Grande de Cartagena de Indias, su arquitecta decidió hacerlo al contrario. Aquí, la habitación principal es protagonista y, al mismo tiempo, es el hilo conductor de todo el espacio.

Creado como un refugio para un deportista de alto rendimiento, este apartamento está pensado para desconectarse de lo cotidiano, sin estar completamente aislado del movimiento de una cuidad altamente turística. “Rompimos un esquema de vivienda tradicional integrando los espacios para crear una vivencia más amplia del lugar”, comenta Jimena Londoño, arquitecta encargada de este proyecto de remodelación arquitectónica y diseño de interiores.

Con integración, la arquitecta manizaleña habla del cambio estructural que hizo al abrir la habitación eliminando las paredes que la separaban de la sala adjunta y del baño principal.Era un apartamento para una persona soltera, que eventualmente iba a disfrutar el espacio con más personas. Entonces hicimos un diseño interior que se viviera como un solo espacio y que, a su vez, pudiera cerrarse e independizar el cuarto principal cuando fuese necesario”, añade Londoño.

Esta independencia de espacios se logró con la utilización de distintas capas como, por ejemplo, la gran cortina en lino que divide el cuarto del área social. Es un cerramiento ambiguo ya que es una forma muy tranquila de independizar un espacio, el cual se puede abrir nuevamente de forma fácil y elegante. De esta manera, el cerramiento no se percibe por ningún lado”, agrega la arquitecta. Adicionalmente, paneles móviles en vidrio y madera, que usualmente se esconden detrás de la pared del baño principal, se pueden desplegar aumentando la sensación de privacidad dentro del espacio.

Este es un apartamento de esqueleto urbano que se vive de una manera fluida y orgánica, alusiva a la vida de playa. Este efecto se debe en gran parte a la utilización de acabados, como el piso en PVC de tono claro; y de accesorios, como los textiles en lino —cortinas—, y el algodón y la gualtrapa wayúu de la cojinería que recubre un sofá en L, que, a su vez, descansa debajo de tres remos de gran formato, originarios de los pescadores de la zona. Sin embargo, existe un elemento que fue crucial a la hora de lograr este efecto de “cabaña playera” y es el recubrimiento en láminas aglomeradas en las paredes de las dos habitaciones: la principal y la de invitados, de menor tamaño. Este recurso, además de agregar un efecto estético, esconde los closets a través de puertas invisibles. “Parecen listones de un barco. El diseño original del panel es de líneas verticales y apariencia textil. Nosotros le adicionamos un acanalado que le dio textura”, comenta Jimena.

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Igualmente, y para no desencajar por completo con el edificio que alberga este apartamento, el diseño de la cocina y los baños nos regresa a una estética contemporánea al mezclar materiales como el mármol Volakas en mesones; el poliuretano verde maquina en los compartimentos; la piedra labrada en los lavamanos; el vitroblock en paredes; el mosaico taupe oscuro de Porcelanosa; los metales en mesas auxiliares y la mampostería en el mobiliario principal, entre otros.

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Para este proyecto, la arquitecta tuvo carta blanca, tanto en el diseño arquitectónico como en la dotación completa del apartamento. Su batuta fue la elección de una gama de arenas degradadas entre el gris claro, el verde y el negro, que interactúan con la calidez de las maderas y las fibras naturales, así como con lo frío de los metales, el concreto y las piedras. “Quería que fuera un proyecto muy cálido y autóctono, pero a la vez sofisticado”, concluye Londoño.